miércoles, enero 14, 2015

Aislamiento en las relaciones de pareja

Creo que es importante hablar sobre todo, sobre todo lo que nos angustia, nos entristece, nos empodera, nos limita, nos frustra; como mujeres, madres, y ciudadanas. Al compartir nuestras vivencias sin juzgar a los demás, nos mostramos vulnerables, nos abrimos y nos colocamos en un lugar frágil, pero si el entorno para hacerlo es de respeto, el intercambio será alimento, en lugar de humillación ante la crítica cruel.

Se habla a menudo de que las mujeres somo crueles unas con las otras, se hace burla de ello. Yo creo que la organización social de las culturas grandemente influenciadas por la información masiva del internet y el modelo de consumo que predomina en el mundo, crea mucho miedo y separación, se basa en la desconfianza y competencia; y eso es lo que hace que la relación entre los seres humanos, pero particularmente entre las mujeres, pueda ser tán áspero e hiriente.

La presión de la que somos obejto por llenar roles idealizados está pensada para causar frustración, culpa e insatisfacción constantes que se puedan rápidamente traducir en consumo deaforado.

Pero además de esta presión social que parece venir de afuera, de la calle, de la tele, de las revistas; está también el aislamiento al que nos autosometemos al estar en una relación de pareja con violencia de género. Y es cuando todo ese discurso es utilizado por el compañero para que nos encerremos en nosotras mismas, reduzcamos todo contacto social con familiares y amigos, lo que permite un campo de acción para la violencia de la pareja que puede incluso tener resultados trágicos.

Todos somos piezas del ajedrez social, incluso los hombres que son parejas violentas, pero creo que es importante reconocer que este aislamiento hace que la mujer tengan muchas dificultades para comprender que está en una situación de riesgo y peor aún, para que puedan buscar ayuda y alejarse de la situación.

Las parejas violentas no suelen serlo todo el tiempo, sino que, como un péndulo, van de un extremo amoroso a uno violento, constantemente. Esto resulta particularmente confuso. una no entiende bien lo que está pasando, y al no poder tener retroalimentación con otras mujeres de lo que le ocurre, pierde aún más la noción de lo que está bien o mal, de lo que puede considerar normal.

Por eso pienso que es indispensable que hagamos más y más tribus, más y más círculos femeninos, y que hablemos, y especialmente que escuchemos, con respeto, con cariño, con sororidad.

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